La Economía nos enseña, lo mismo que la física o la biografía, que ciertas creencias compartidas por la mayoría no son no siempre ni necesariamente verdaderas.<p/>
Igual que otras ciencias prestigiosas la economía aspira a mejorar la vida de la gente acercándolas al conocimiento de algunos principios que a pesar de ser sencillos no son triviales: como por ejemplo, la idea de que no existen "cosas gratis" en este mundo o que es el esfuerzo humano lo que -en definitiva- confiere valor a las cosas.<p/>
O la idea de que existe intercambio aún en el mundo imaginario de Robinson Crusoe en su isla, ya que tiene que "intercambiar" eligiendo cómo emplear su tiempo (limitado) en satisfacer sus necesidades que pueden ser infinitas.<p/>
Nos enseña - la economía- que el dinero puede ser la más fantasmal de las materias, aún cuando podría creerse que no existe nada más concreto y nos muestra que la gente con sus creencias presentes puede influir sobre los sucesos futuros al más puro estilo de lo que en literatura, en sociología y en economía se conoce como las profecías autorealizadas.<p/>
Franco Eugenio Nanni