Cuando suena la campana o el timbre de una escuela señalando que la jornada ha terminado, el docente siente que un peso termina para él. También se realiza muchas preguntas y se responde que se halla cansado y lo difícil que será el día de mañana. <p/>
A través de estas páginas se realiza un repaso por o que fue la escuela tradicional y, por ende, el docente trabajando de manera individual; hasta la apreciación presente como organización y el docente actuando en grupo y/o equipo.<p/>
Muestran además que con los últimos paradigmas, la actividad del enseñante está inserta en un mundo lleno de riesgos que acecha silenciosamente provocando enfermedades psíquicas que dañan significativamente.<p/>
El lector encontrará un análisis de los factores que enferman, pero también maneras de prevención y recomendaciones para que la actividad del maestro sea una oportunidad para peticionar, imaginar, planificar con alegría, reinventarse, y ver que puede cuidar y cuidarse, desarrollarse mejor junto a sus pares.<p/>
Así, todo puede finalizar bien hoy y mañana regresar esperanzado a la escuela, porque será más fácil.