Algunos escriben para sentirse vivos. Otros escriben para alcanzar fama, éxito... y tanto pequeños espejismos en el desierto del destino.<p/>
Yo escribo para confesar en el blanco del papel, aquellos sentimientos que una vez fueron el centro de mi vida, y que quizás, puedan serlo ahora en este instante de equilibrio siempre inestable, que es el presente.<p/>
Como el náufrago solitario que le grita a las tormentas, a la inmensidad del mar que lo rodea todo, a la línea del horizonte; como si en ese acto desesperado quisiera encontrar las respuestas a su tragedia.<p/>
Se termina la página y vuelvo a esperar la visita de esa dama, de esa señora, llamada Palabra.<p/>
Solo espero, que la humildad de los aprendices, que mis palabras hayan sido más bellas que el silencio...