La tierra Irlandesa es mágica, y si bien las leyendas son antiguas historias fantásticas, los paisajes son sitios reales.<p/> En Irlanda existe un lugar llamado la Calzada de los Gigantes, cuya leyenda cuenta que hace muchos años vivían en las islas británicas dos gigantes: uno era irlandés y se llamaba Finn MacCool; el otro era escocés y se llamaba Bennandoner.<p/> Finn buscaba un retador digno de ser su rival, y a sus oídos llegó la historia del gigante escocés. Como no lo conocía, decidió cruzar el mar hasta Escocia; así que construyó una calzada de piedras y, efectivamente, por ella atravesó el mar, llegó a Escocia y fue en busca de Bennandoner. Al espiarlo desde atrás de unos árboles, se dio cuenta de que el gigante escoces es más grande que él mismo. Atemorizado, pegó la vuelta raudamente hacia Irlanda seguido por Bennandoner, quien advirtiendo su presencia, lo comenzó a perseguir. Finn llegó a su casa y pidió ayuda a su esposa, contándole lo sucedido, por lo que ella lo escondió en una cuna de bebe y lo disfrazó. Cuando Bennandoner llegó a la casa de Finn, la esposa de éste le abrió gentilmente la puerta y lo invitó a pasar, mostrándole el hermoso bebé que tenía durmiendo en la cuna. Benanndonder sorprendido el tamaño del bebé, pensó en el tamaño que tendría el padre del niño y huyó aterrorizado del lugar. Mientras emprendía su huida a Escocia, rompió la Calzada de los gigantes para que Finn nunca pudiera darle alcance.<p/> Cada rincón de Irlanda guarda antiguos secretos, y allí los duendes y las hadas aún nos hechizan.