La virtud de la palabra es el vuelo. La palabra es inquieta. Sin embargo, no siempre cumple su misión milenaria. A veces se atasca con sabor de alquitrán, y los pájaros de brea anidan en la garganta del que sufre y del que ama. Las tormentas, el frío, la soledad y la ausencia de fogatas en el pecho, aquietan las aves. Pero cuando el sol calienta, corren los ríos bravos y caudalosos de la palabra. Este es un libro de todo eso: un primer libro de poesía para encontrar, a través de los versos libres, la voz justa que evite los nudos; que libere las ganas, las confesiones; la felicidad y la angustia contenidas. Pájaros de brea recoge decenas de poemas para soltar y dejar atrás la nostalgia, la tristeza, el miedo a la soledad, y la ausencia del amor.